domingo, 6 de julio de 2014

Crisis alimentaria

Repasamos, a raíz de lo hablado en Eibar Opina, en el último pleno municipal y finalmente en el artículo de hoy del DV, el problema de crisis alimentaria, agudizado como consecuencia del cierre de los comedores por las vacaciones escolares, que también afecta a Eibar.

La noticia:
20140706 familias-detecte-problemas-desnutricion

El comentario:
Una pregunta para empezar: ¿a qué viene la foto de un banco de alimentos de Murcia? ¿Acaso no los hay en Gipuzkoa mismo? Me consta que el DV tiene fotos, no será por permisos, por tanto. O, ¿es que se pretende algo con ello?
Entrando ya con el fondo de la noticia, decir primero que creo que toda persona interesada podría beneficiarse de la lectura de los antecedentes, que podrá encontrar en el enlace https://www.facebook.com/groups/266433810131822/permalink/572556166186250/ de Eibar Opina, a cuya cadena de comentarios incorporaremos ésta misma, para ir completándola.

En cuanto a su valoración, veamos:
La noticia explicita que desde alcaldía se pretende, con la colaboración de las direcciones de los centros escolares públicos, conocer el número de alumnos y familias que puedan tener problemas de desnutrición, con la idea de preparar tuppers con alimentos para los que lo requieran. Me parece que la idea como tal está bien, no así determinadas cuestiones que restringen el análisis, y por ende, los candidatos a beneficiarse de la ayuda a pesar de precisarla: por ejemplo, si se excluyen los centros escolares concertados y privados, vamos a desconocer varios casos que deberían ser detectados; por otra parte, el simple hecho de que la detección de casos se limite a los centros escolares, ya en sí mismo limita la medida a la capacidad de observación del personal de la escuela, que puede no disponer de los datos suficientes. Más aún, si la ayuda se va a dirigir a quienes ya están desnutridos, me parece que será un poco tarde… casi mejor adelantarse, ¿no?
Probablemente el “riesgo de inseguridad alimentaria”, como tal, sea más fácilmente detectable a través de los Servicios Sociales o incluso del Departamento de Hacienda (cuanto más baja la renta y el poder adquisitivo de la familia, en función del número y edad de los miembros de la unidad de convivencia, mayor riesgo), visto que el mero hecho de solicitar ayudas en los Servicios Sociales puede resultar en ese “estigma” que se pretende evitar. Ello nos lleva, a su vez, a replantear la medida compensadora propuesta, de la entrega de tuppers. ¿Acaso éstos no van a ser entregados a las personas necesitadas perfectamente identificadas? Es decir, el estigma seguirá siendo el mismo que si se acude a un comedor social o al banco de alimentos.

Está claro que la observación que hacía el diputado de Bildu de Política Social, Ander Rodriguez, de que debía abordarse este problema “mediante una dotación suficiente en las AES y una reforma de la RGI” para “garantizar que todas las familias dispongan de la renta mínima necesaria para alimentar a sus hijos por sí mismas y de manera adecuada” sería la única manera de evitar dicho estigma. No obstante y, mientras ello no se lleve a cabo (lo cual depende de las dotaciones del Gobierno Vasco, del PNV, que no parece considerar que tales sean necesarias), debe darse solución a esta cuestión de mayor urgencia. Los tuppers son una opción como pueden serlo los bonos de restauración (como lo propuesto por Bildu, de ofrecer menús del día en el Hogar del Jubilado con cargo al remanente de 2013, o lo planteado en el círculo de Podemos, de concertar con bares de la localidad), los comedores sociales o la apertura de los escolares, si bien es cierto que la apertura de comedores implica la contratación de personal y todas ellas (también los tuppers) requieren unas medidas de prevención sanitarias.

En conclusión, la intención es buena, lo que no quita que sea preciso un replanteamiento de las ayudas de fondo (AES y RGI), pero para la obtención de datos reales de niños en peligro de insuficiencia alimentaria se requiere de una valoración más exhaustiva que evite que no se detecten casos que debieran serlo. Un informe del Ararteko recoge que 16.000 niños tienen una dieta pobre y habla “de una población en torno a algo más del 11% en riesgo de sufrir desnutrición”. Eso, trasladado a la población eibarresa no es un número “escaso”. Andémonos con ojo.

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