viernes, 21 de diciembre de 2012

El fin del... paradigma

Reflexionando


Con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, nos disponemos a recibir multitud de mensajes de distinta índole. Una lluvia de publicidad comercial se nos viene encima: vinos de reserva, cavas, ricos alimentos y (debemos oler mal) toda clase de perfumes no serán ofrecidos… una vez más.
Las calles se engalanan con titilantes figuras luminosas durante meses y los escaparates lucirán su mejor género. Nada falta para el disfrute de la fiesta! Asociaciones de consumidores, Ayuntamiento y otros agentes nos aconsejarán con su mejor intención que bebamos con moderación, comamos adecuadamente, evitemos comprar lo que no es necesario, que no dejemos las compras para el último momento…
Crisis, What crisis? Que el paro, la pobreza y los dramas de unos no nos fastidien las fiestas! mientras a mí no me toque…
Hacer la del avestruz es opcional, pero si queremos tener una convivencia sana, creemos que no es la mejor elección. Si miramos detenidamente a nuestro alrededor, observaremos que las sombras de las luces de Navidad ocultan las miserias de muchos ciudadanos. A través de estas líneas, queremos recordar a los muchos ciudadanos desempleados, a cada uno de los individuos que padecen a diario la incertidumbre laboral y, también, a quienes la desesperación ha empujado a quitarse la vida.
Por ellos y por quienes podríamos pasar a estar como ellos, deseamos que esta época de crisis se aproveche para la reflexión. Que cada uno se haga preguntas y trate de encontrar respuestas; ese es el ejercicio que os proponemos.
A tal efecto, podemos comenzar por: ¿Por qué se ha incrementado tanto el desempleo y la pobreza? ¿Por qué hemos llegado a esta situación? ¿Qué es el capitalismo? ¿Por qué, hasta hace poco, teníamos la opción de solicitar créditos y endeudarnos todo lo que quisiéramos? ¿Qué productos generamos o producimos? ¿Para quién? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Cuánto, qué y de dónde es lo que consumo? ¿Por qué no están en la cárcel los banqueros, políticos, jueces y altos cargos responsables de este engaño? ¿Por qué se detienen, castigan y criminalizan muchos huelguistas o los partidarios del movimiento 15M? ¿Existen alternativas?...
Alguno puede pensar, leídas estas preguntas, que la respuesta viene a continuación… pero me temo que no es así. Cada uno debe buscar esas respuestas y, de atrevernos a hacerlo, nos encontraremos en la calle, al calor rojo de la lucha por nuestra dignidad.


Modificado de la revista Bolo-bolo de otoño de 2012 (nº 4).

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