viernes, 31 de mayo de 2013

Lucha

Periódicos, televisión, radio... todos se afanan en repetir los mismos mantras: “la huelga no sirve para nada”, “los sindicatos viven al margen de la realidad”, “los representantes sindicales son unos poltroneros”, …

Dice un portavoz jeltzale (20130531 pnv-acusa-ela-lab ) que “la representación popular "se demuestra en las urnas"”… y tiene razón; se hace cada 4 años sin vuelta de hoja y a fondo perdido, y, por lo que se ve, con altanería por su parte, ya que, consciente de que muchos obreros a quienes sus políticas perjudican lo han votado, aún pedirá su voto en la próxima ocasión… y el la proxima, y en la próxima… Y lo peor del asunto, es que muchos se lo seguirán dando. Que no se quejen después (ninguna de las dos partes). Yes que ante la obligatoriedad de tener que decidir por bloques las medidas (muy pocas veces explicadas en campaña electoral) para los próximos 4 años en las elecciones (sistema que ningún partido político tradicional está dispuesto a cambiar), la ciudadanía, recordémoslo, de inmensa mayoría obrera y de poca educación política, se encuentra totalmente “vendida” (término clave en estos tiempos de economías y políticas de mercado). En la práctica, el funcionamiento de esta supuesta democracia es el de una oligarquía, en la que unos pocos que se dedican profesionalmente al ordenamiento político (aquí incluiremos a los intereses económicos que a través de sus lobbys ejercen su influencia sobre el poder político) se enriquecen a costa del ciudadano de a pie.

Patxi López decía ( 20130531 lopez-cree-huelga-cualquier ), por ELA y LAB, que era la octava huelga general desde el comienzo de la crisis y que la herramienta más importante que tienen los trabajadores había sido frivolizada, a la vez que trasladaba la amenaza de la desaparición de los sindicatos desde instancias estatales. Luego se afanaba en defender una “reforma de la cultura laboral” en la que la empresa y la relación entre ésta y los trabajadores se guíen por la flexibilidad y complicidad entre ambos sin perjuicio de unos ante el beneficio de otros. Tal concepto tendría sentido aunque no en boca de quien durante la legislatura pasada (la suya) en Euskadi, introdujo recortes sociales y laborales sin ningún miramiento.

Es posible que los sindicatos deban mantener o introducir unas medidas éticas y nuevos controles internos, pero lo que no puede ser es que casos aislados de poltronismo sindical sean el epicentro alrededor del cual giren todas las excusas en contra de la movilización sociolaboral, como es lo que está ocurriendo. Por supuesto que cada cual es libre (20130531 otro-reves-sindical) de acudir a su puesto de trabajo o de secundar la huelga (y/o la protesta, en las manifestaciones). Sin embargo, es igualmente cierto que cada uno debe conocer el precio de su inmovilismo y de su conformidad con lo impuesto. Cada escalafón suprayacente (empresas, políticas laborales sectoriales y generales dependientes de los gobernantes y del resto de representantes políticos) es responsable, sí. Pero el propio trabajador, quien espera que aquellos en quienes pone su confianza (políticos o sindicatos) actúen por él, es igualmente responsable de defender sus derechos laborales y sociales por cuanto que si no lo hace, será interpretado por aquellos como indiferencia y, por tanto, permisividad ante los recortes y la precarización. Así debe ser interpretado, también, por los congéneres trabajadores. No puede ser que unos se movilicen en nombre de todos y que otros no lo hagan y esperen cobrarse los resultados que la lucha social pudiera dar. Por ese motivo, ante casos como éste: 20130530 comunicado-ache-huelga-general la respuesta debe ser, considero, el boicot, el rechazo y el aislamiento. Pacífico, eso sí.

Ayer fue día de huelga general. Una más, para algunos. Una OCASIÓN más para cambiar las cosas, para otros. Los gobiernos vienen y van. El trabajo (más hoy en día) tampoco tiene por qué ser para siempre. El dinero… ¡vaya usted a saber cuál será su valor el día de mañana! Sin embargo, nuestras acciones tienen una repercusión en nuestra propia conciencia. Yde ahí no se marchan nunca.

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